HISTORIA

El origen de la Confederación Española de Abogados del Turno de Oficio y Asistencia Gratuita, tiene su germen en el I Congreso Nacional de Abogados del Turno de Oficio y Asistencia Jurídica Gratuita, celebrado en Gijón los días 12 y 13 de junio de 2009, organizado por la Asociación de Abogados “El Patio de mi Colegio”, en unión de varias asociaciones independientes de Abogados, y la participación de Letrados individuales, de todo el territorio nacional.

Se trataba de convocar a la Abogacía española descontenta con la situación del Turno de Oficio y la Asistencia Jurídica Gratuita, para tratar por primera vez monotemáticamente la problemática del Turno de Oficio y la Asistencia Jurídica Gratuita, bajo el prisma del profesional del Derecho que presta este servicio público, con la finalidad de aunar experiencias, información y auspiciar una serie de medidas tendentes a dignificar la situación del Abogado de Oficio en España.

Al término de las ponencias y debates surgidos en el seno del Congreso, los participantes de forma espontánea y unánime, se hicieron eco de la necesidad de crear un ente dotado de personalidad jurídica propia, que aunara y aglutinara, a todas las asociaciones que tenían entre sus fines la dignificación del Turno de Oficio y Asistencia Jurídica Gratuita, así como que representase a los Letrados individuales de todo el territorio nacional, en defensa de los intereses de nuestro colectivo.

A tal efecto se designó una Junta Constituyente, formada por un grupo de compañeros comprometidos con el proyecto y que fuese representativo de todo el territorio nacional, con objeto de que iniciasen los trabajos necesarios para confeccionar unos estatutos y poner en marcha la asociación, realizando su inscripción en el registro Nacional de Asociaciones.

Fruto de ese trabajo, y del llamado “Espíritu de Gijón” nacido de aquel Primer Congreso Nacional, la Confederación Española de Abogados del Turno de Oficio y Asistencia Jurídica Gratuita, es hoy una realidad, y pretende la defensa y promoción de los intereses de los Abogados en sus legítimas reivindicaciones de mejora del Turno de Oficio y de los servicios de Justicia Gratuita, así como dignificar las condiciones en que los Abogados prestan estos servicios, estando nutrida íntegramente por Letrados de Oficio de todas las edades, sexo, ideología y credo religioso, siendo realmente lo que nos interesa la defensa de nuestros compañeros inscritos en este servicio Público, que consideramos esencial y fundamental.

SOCIOS FUNDADORES

Asociación "El Patio de mi Colegio"
Representada por D. Germán Ramón Inclán Méndez y Dña Isabel Varela Álvarez

Asociación "Foro de Abogados Independientes de Granada"
Representada por D. Manuel de la Torre Martín

D. Alfredo Jesús Povedano Molina
Abogado del ICA-Córdoba

Dña Ana Mónica San Román Fernández
Abogada del ICA-Cantabria

D. Angel Francisco Llamas Luengo
Abogado del ICA-Alcalá de Henares

D. Guillermo Pedro Gómez y Jené
Abogado del ICA-Barcelona

D. Alberto Verón Izquierdo
Abogado del REICA-Zaragoza




RAICES, O EL ORIGEN DE UNA REVOLUCION CON UNA JUSTA CAUSA.

Dice el art. 119 de la Constitución:

La Justicia será gratuita cuando así lo disponga la ley y, en todo caso, respecto de quienes acrediten insuficiencia de recursos para litigar.

Sobre ese pilar constitucional, amén de la legislación emanada de los órganos de la Unión Europea competentes (por todos, cfrs. el art. 43.31 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, hecha en Niza el 7-Diciembre-2000), es la piedra angular sobre la que se edifica todo el entramado que se ha dado en llamar Asistencia Jurídica Gratuita.

Una Constitución, la de 1.978, que consagra la naturaleza asistencial del Estado de Derecho en que se configura España pero -y ésto es importante- como compromiso y obligación intrínseca de los poderes públicos y no de ninguna profesión en concreto, que no es citada y ni siquiera es sugerida indirectamente por el constituyente.

Sin embargo, con el correr de los años y la experiencia acumulada, la realidad acredita la absoluta falta de interés de esos mismos poderes públicos en dotar de los medios y recursos adecuados a los profesionales -la Abogacía- a quienes se les ha encomendado posteriormente la prestación de un servicio público como lo es el Turno de Oficio y la Asistencia Jurídica Gratuita.

Mal vamos cuando las profusas normativas atinentes al caso hablan de nuestros emolumentos como "indemnizaciones", "compensaciones" y eufemismos lacerantes como los mencionados. Acaso es que cuando cobramos un euro en el Turno de Oficio, lo hacemos en concepto de "JUSTIPRECIO" porque realmente estemos siendo EXPROPIADOS de nuestro trabajo por parte de la Administración? ¿Es que acaso algún Abogado de Oficio, por el hecho de ser de Oficio, significa que trabaja en una ONG Jurídica de carácter no lucrativo? Somos profesionales del Derecho, ciudadanos que pretendemos vivir de nuestro trabajo como Letrados, o por el contrario somos meros "cooperantes" de una ONG Jurídica?

Ningún político ha conseguido explicarnos nunca, en ningún sitio donde residáis, cuál es el arcano por el cual un Abogado, cuando lo es de Oficio, ha de cobrar hasta CINCO VECES MENOS por su trabajo que cuando ese mismo Abogado lleva a cabo EL MISMO TRABAJO pero a un Cliente particular. Y resulta especialmente sarcástico que hayan de ser los políticos los que hayan de negarnos el pan y la sal en lo que a los dineros se refiere cuando ellos mismos se autoasignan sus propios salarios como más les place a costa del erario público y, por ende, a costa de todos nosotros.

La Ley 1/96, de 10 Enero, de Asistencia Jurídica Gratuita, prescribe en su art. 40 que las bases económicas y los "módulos de compensación" (término, insisto, humillante para el profesional del Derecho, sea éste Letrado o Procurador) por la prestación del servicio de Asistencia Jurídica Gratuita se establecerán "PREVIO INFORME DEL CONSEJO GENERAL DE LA ABOGACIA ESPAÑOLA"... )DÓNDE ESTA ESE INFORME? Si lo hay, los Abogados exigimos verlo y verificarlo y saber qué criterios han utilizado nuestros próceres del Consejo (a quien, por cierto, no hemos elegido de forma democrática ni directa) para que estemos cobrando lo que estamos cobrando. Y si no lo hay, la Abogacía de Oficio HA DE RECLAMARLO SIN MIRAMIENTOS, con carácter de inmediato, pero con arreglo A LOS CRITERIOS DE MERCADO QUE RIGEN EN LA ACTUALIDAD Y QUE SE CORRESPONDEN CON LAS NORMAS O CRITERIOS ORIENTADORES DE HONORARIOS PROFESIONALES que elabora cada Colegio al menos para lo concerniente a Tasaciones de Costas.

A IGUAL CALIDAD DE SERVICIO, IGUAL CALIDAD DE REMUNERACIÓN. Esa debe ser la máxima que guíe nuestro caminar en esta dura pero apasionante lucha.

Ante la endémica deficiencia en la dotación de medios y de remuneraciones acordes con la dignidad de la profesión en la parcela del Turno de Oficio y la Asistencia Jurídica Gratuita, así como otras discriminaciones que casan muy mal con el art. 14 de la Carta Magna, han ido surgiendo voces y manifestaciones a lo largo y ancho de todo el territorio nacional en los últimos veinte años, sin coordinación previa y con una total anarquía de medios, fines y objetivos entre los propios Abogados que reivindicaban un mejor trato por parte del Estado ya fuese a nivel estatal, como fue antaño, ya sea a nivel autonómico, como viene siendo en épocas más recientes. Ese llamado oficiosamente MOVIMIENTO PARA LA DIGNIFICACIÓN DEL TURNO DE OFICIO Y LA ASISTENCIA JURÍDICA GRATUITA@ en general, y de la profesión de Abogado en particular, ha sido un animador intermitente de la vida del foro en diversos puntos de nuestra geografía, siendo sonados, desde Asturias, los encierros que protagonizaron ya a finales de los años ´80 los compañeros de Gijón (que llegaron a pernoctar varias noches en sacos de dormir en las dependencias colegiales en protesta por la situación infamante en la que desempeñaban el servicio) o la dura censura que el mismísimo Tribunal Supremo dictó, a principios de los ´90, cuando acabó diciendo en sentencia poco menos que el Abogado es el único trabajador de España que no tiene derecho a la huelga y tiene que prestar el Turno de Oficio sí o sí..., o bien será que resulta que no es trabajador... aunque trabajar, sí que trabaja, )verdad?

Han ido pasando los años y los problemas y las carencias, lejos de solucionarse, se han ido enquistando y agravando. Ha habido reconversiones en la siderurgia, en la industria naval, en la minería, se devolvió el supuesto y nunca bien aclarado “patrimonio sindical” a las organizaciones sindicales existentes antes de la Guerra Civil, se han puesto coto a injusticias y vejaciones injustas que diversos colectivos laborales y profesionales habían venido sufriendo desde tiempos inmemoriales, pero el extinto Estatuto General de la Abogacía previo al de 1.982 seguía hablando algo así como de que la prestación por el Abogado del Turno de Oficio era un “timbre de honor” en su cualidad profesional..., en épocas en las que incluso el Turno se pagaba a cero pesetas porque simplemente no era retribuído y era una carga más de la Abogacía..., con lo cual, y a ello vamos con el título de este artículo, se dotaba de carta de naturaleza a la opresión estatal sobre una clase o gremio profesional, la Abogacía, aplaudida por este mismo colectivo a través de los próceres que la gobernaban en órganos históricamente muy poco democráticos, muy poco dados a las transparencia y a la libertad, y muy poco amigos de abrir las ventanas para la entrada de aire fresco. El Estado era el negrero traficante de esclavos y el Abogado era Kunta Kinte, el indómito esclavo de aquella maravillosa serie de televisión titulada “Raíces”... Eran los años de Pedrol Ríus o incluso de Gay Montalvo al frente de las máximas instituciones representativas de la Abogacía española, y ello después de ser los “caudillos” generalmente del mejor trampolín que existe para llegar a ocupar las más altas poltronas de la profesión: ser previamente Decano del Colegio de Madrid o de Barcelona.

Esta situación, de incluso presumir de cadenas como si volvieran los tiempos de “Raíces” de Alex Haley o el más hispano “Vivan lá caéna” que gritaban los no ilustrados en tiempos de Fernando VII, hizo casi irrespirable el clima en el seno de nuestra profesión, máxime para los selectos pero testimoniales -en número- grupos de compañeros que de vez en cuando, de Pascuas a Ramos, volvían a remover durante una temporada las anquilosadas estructuras de la Abogacía española y su incomprensible servidumbre respecto de los poderes públicos que, de cualquier signo político, se fueron alternando en España a lo largo de la llamada Transición.

Sin embargo, poco a poco, lenta pero inexorablemente, cada vez más compañeros vamos adoptando lo que los sindicalistas llamarían una “conciencia de clase”que va calando entre el colectivo, de modo y manera que ya no es un “loco” o dos “revoltosos” los que en un Colegio hoy y mañana en otro promueven que se hable -todavía en voz baja-, en el seno de las Juntas Generales que estatutariamente han de celebrar todos los Colegios de Abogados, del tema del Turno de Oficio y su vergonzosa situación para el profesional. Poco a poco se va creando ese caldo de cultivo, que fermenta, y dos compañeros de Colegio que antes ni se conocían o sólo se saludaban discretamente por los pasillos del Juzgado ahora llegan a trabar amistad y a confraternizar porque el otro día uno vio que el otro plantó cara a toda una Junta de Gobierno y protestó por la situación que sufrimos en la prestación del servicio del Turno, sugiriendo, (bendito osado!, si no estaría bien promover una cesación del servicio (acaso hablamos de “huelga”) como medida de presión frente a la Administración si antes no nos resuelven o atemperan las atroces carencias que sufrimos en muchos y muy diversos ámbitos; sí, en materia económica también, desde luego que sí ()qué profesional no se ha de preocupar por sus ingresos, máxime en los tiempos que vivimos?), pero también en otras muchas y varias como Sanidad, como burocracia, como medios técnicos a nuestra disposición a la hora de desempeñar nuestro trabajo, como reajuste de los criterios de concesión del Beneficio de Justicia Gratuita para evitar un “café para todos” que es radical y hasta constitucionalmente injusto y sólo busca captar el voto en favor de los políticos profesionales cada vez que hay una convocatoria electoral...

Ante el fracaso de los cauces naturales de representatividad de la Abogacía para la solución de los problemas que aquejan a la Justicia Gratuita en España (Colegios, Consejos Autonómicos, Consejo General, Agrupaciones de Abogados Jóvenes...), entes de inspiración vertical con intereses propios -y muchas veces espúreos- que distan mucho de identificarse con los de los Abogados en su conjunto, movidos más bien por la prebenda cómoda y la dependencia económica de esas entidades respecto de la Administración para su propia pervivencia a pesar de ser instituciones caducas y cuasi medievales de nulidad práctica en pleno siglo XXI, fracaso el de dichas instituciones motivado precisamente por someterse a oscuro contubernio con quienes ostentan y ejercitan potestades opuestas a las de nuestros intereses profesionales, entendemos que ahora es el tiempo de intentar alzar otros instrumentos de naturaleza eminentemente corporativa stricto sensu y fundamentalmente reivindicativa -copia de las organizaciones sindicales obreras- para lograr una nueva organización horizontal, promoviendo la utilización de las Nuevas Tecnologías como herramientas de lucha y de combate por nuestros objetivos, e incentivando sobre todo un incipiente asociacionismo, rara avis en una profesión tan individualista y tradicionalmente insolidaria hasta hace muy pocos días como la nuestra. A ello se une nuestro empeño en institucionalizar como pauta de comportamiento la creciente participación de todo el colectivo y sobre todo de los elementos más reivindicativos de la profesión en la gestión de nuestros Colegios, insistir en la información, en incrementar el número y calidad de nuestras solicitudes e iniciativas de toda índole ante los Colegios, exigir conforme a los Estatutos la convocatoria frecuente de las Juntas Generales de colegiados para tratar temas de auténtica relevancia profesional y, en especial, todo lo atinente al Turno de Oficio y a la Asistencia Jurídica Gratuita... La organización interna de estos compañeros y la confección de candidaturas y programas electorales para postularse a los órganos de dirección de los Colegios es otra costumbre que cada día va calando más y más fuerte en todos los Colegios de España.

Por fin nos vamos quitando el velo de los ojos, cual “hiyab” islámico, y nos vamos dando cuenta todos que quienes ostentan el 99 % de los cargos representativos de la profesión a nivel colegial, autonómico y nacional NO representan ni desde luego defienden los auténticos intereses y las preocupaciones de nosotros, los profesionales libres del Derecho llamados “Abogados”. Hay que actuar.

La distinta regulación en toda España en materia de Justicia Gratuita como fruto del Estado autonómico y la asunción de competencias en materia de Justicia por parte de todas las CC.AA. no ha ido en desdoro ni mucho menos del creciente movimiento reivindicativo que algunos hemos ido acuñando desde nuestros respectivos lugares de residencia y ejercicio profesional, sino más bien todo lo contrario: está funcionando como elemento de cohesión interna y de enriquecimiento mutuo entre unos y otros al poder disponer de un mayor acervo informativo en relación al problema, y por ende, en la articulación de más y mejores respuestas a la hora de encarar ese problema y buscar soluciones adaptadas a la realidad concreta de cada territorio y de cada Colegio. Porque, en definitiva, los problemas que atañen a la Abogacía de Oficio son en una grandísima parte comunes e idénticos en toda España. Es por eso que resulta totalmente adecuada la unión de todos nosotros bajo unas mismas siglas, bajo una misma organización, en pos de la solución definitiva de un conflicto que ha institucionalizado la presencia y actuación del Abogado de Oficio como un “Siervo de la gleba” del siglo XXI al que, por cuatro euros, y sin ninguna dignidad en su favor, se explota y exprime sin compasión hasta la extenuación; y si protesta, siempre disponen de su Guardia Pretoriana favorita, los Tribunales y la interpretación torticera y ventajista de la Ley que éstos han venido protagonizando, para cortar las alas a todos los movimientos excesivamente díscolos y molestos que en un momento dado osen poner en tela de juicio el stablishment que desde tiempos inmemoriales está implantado y proteger con ello el statu quo vigente para mayor loa y gloria del Estado, sus Comunidades Autónomas -que también son Estado- y, lo que es más sangrante, los propios capitostes que copan la casi totalidad de los altos puestos de responsabilidad en los organismos de gobierno y representación de nuestra profesión. La democracia censitaria del siglo XIX en España en verdad era más transparente que la que corporatívamente sufrimos hoy...

Haciendo un poco de Historia, si ahora estamos aquí y comparecemos aquí ante este amable lector es porque hace algo más de dos años cuatro chicas del Colegio de Abogados de Gijón, cuatro compañeras de todos nosotros, en la verde e indómita Asturias, iniciaron esta lucha con una humilde recogida de firmas para hablar del Turno en una Junta General monográfica, prendiendo con ello la mecha que a nosotros ahora nos toca hacer explosionar, dialécticamente sea hablando. Cuatro. No hubo falta cuatrocientos. Sólo con cuatro combativas compañeras se inició en Gijón el banderín de enganche para poner sobre la mesa un problema soterrado que mora en la conciencia colectiva de todos los Abogados, lo cual es a la vez digno de encomio pero sobre todo acicate para todos aquéllos que teman verse demasiado solos y demasiado aislados en sus lugares de residencia profesional a la hora de pretender iniciar el proceso de puesta sobre el tapete del conflicto. Los ejércitos aparecen después, pero al principio sólo se necesitan unos pocos generales o líderes que den el paso al frente y animen a todos los demás a unirse a una Causa que es absolutamente justa.

El caso es que ya desde aquel momento se empezó a elaborar un modesto pero concienzudo "catálogo" de principales reclamaciones que la Abogacía gijonesa planteaba en relación al Turno de Oficio. Tres eran, a priori, los principales focos de atención a donde los Abogados de Gijón dirigían sus miradas de reivindicación en cuanto al Turno de Oficio se refiere:

* RETRIBUCIÓN JUSTA Y A PRECIO DE MERCADO POR TODAS Y CADA UNA de las gestiones desempeñadas en los asuntos del Turno.

* ADSCRIPCIÓN AUTOMÁTICA del Abogado de Oficio a la COBERTURA SANITARIA DE LA SEGURIDAD SOCIAL como cualquier otro trabajador e incluso como cualquier otro no-trabajador y aun inmigrante extranjero en situación irregular.

* SIMPLIFICACIÓN DE LOS TRÁMITES BUROCRÁTICOS que ha de realizar un Abogado para obtener el pago de sus honorarios derivados de un asunto de Oficio y, en su caso, su eliminación radical en pos del principio de veracidad de la declaración de un profesional del Derecho, aparte de otras consideraciones más técnicas.

Poco a poco el censo colegial se fue organizando, el mensaje fue calando, y muchos nos fuímos sumando constante e ilusionadamente al cada vez más notorio y dinámico movimiento reivindicativo que en el Colegio de Gijón se agrupó bajo la denominación de “El Patio de mi Colegio”, que hoy es una floreciente realidad a modo de Asociación profesional registrada legalmente ante las autoridades competentes y que fue el modesto germen de lo que tiempo más tarde desembocó en esta Confederación Española que hoy presentamos al gran público.

Pronto comenzamos a dotar a la vida colegial de nuestra demarcación territorial de un impulso que nunca antes se había conocido, con propuestas contínuas, convocatoria de otras Juntas Generales, celebraciones de Asambleas de compañeros incluso en los pasillos del Colegio ante la hostilidad del poder decanal del momento, comparecencias frecuentes ante los medios de comunicación y llegada al corazón de los gobernantes regionales, que llegaron a tener que tomar un posicionamiento -igualmente hostil, como no era menos esperar de ellos- cuando ese incipiente grupo de “rebeldes con causa” llegó a lograr que se adoptara por el mismísimo Colegio de Gijón el acuerdo de suspender sine die la prestación de las Asistencias Letradas al Detenido como medida de presión ante la indolente actitud pasiva y tiránica del Gobierno regional de Asturias; o incluso la baja masiva y automática de todo el censo en el servicio del Turno de Oficio.

Fue entonces cuando paralelamente iniciamos los contactos con compañeros de otros lugares de España, a los cuales llegó el humo de la mecha encendida desde Gijón. El Patio de mi Colegio empezaba a sonar en otros Colegios, y así entramos en contacto con compañeros de lugares tan distintos y distantes como Madrid, Barcelona, Córdoba, Granada, Santander, La Coruña, Miranda de Ebro, Las Palmas de Gran Canaria, Oviedo, Cádiz, Almería, Zaragoza, Alcalá de Henares, León...

La insurrección ordenada e intelectual de la profesión ya estaba en marcha. Ahora había que encauzarla. Había que verse, no bastaba el teléfono ni el correo electrónico.

Y entonces surgió la idea de organizar un Congreso Nacional que reuniera a los “rebeldes con causa” de todos esos sitios, y más, que quisieran aportar su experiencia, sugerir ideas, exponer sus quejas, suplicar una acción conjunta porque entre todos, PODEMOS.

Ese fue el motivo por el cual El Patio de mi Colegio organizó en Gijón el I Congreso Nacional de Abogados del Turno de Oficio (CAT´09) en Junio del año pasado, pionero en España. El éxito fue atronador, con más de 100 asistentes que uno o dos meses antes no sabían nada ni del Congreso, ni de la existencia de otros “rebeldes” en otros lugares... Logramos la asistencia de compañeros de hasta diez Colegios de toda España en un tiempo record: Asturias, Galicia, Cantabria, Castilla-León, Aragón, Madrid, Cataluña y Andalucía estuvieron dignísimamente representadas por más de un centenar de compañeros que aportaron, con su distinta visión, carácter y experiencia la problemática del Turno de Oficio en España, sus causas, sus soluciones, los puntos esenciales en que convergemos todos como irrenunciables en nuestra reivindicación... Y ello a pesar del hostigamiento y el insulto permanentes protagonizado por el Decano de Gijón quien, con el impagable apoyo del aparato del Consejo General, intentó en vano desprestigiar y acallar la creciente acogida que el CAT´09 había prendido ya entre los compañeros de toda España. Las ponencias -alguna de las cuales fue protagonizada por distintos Jueces y Magistrados que dieron más realce al Congreso con su presencia y participación- resultaron brillantísimas y mostraron el grado de compromiso de compañeros muchos de los cuales, por la distancia, tuvieron que acudir al Congreso autofinanciándose y atravesando España en un coche durante horas y horas, o cambiando de aviones uno tras otro..., todos en pos, cual Estrella de Belén, del Toque de Llamada que el grupo de compañeros de Gijón habían lanzado a los cuatro vientos para cimentar la insurrección ordenada y civilizada de la Abogacía frente al esclavismo e indignidad en la que venimos trabajando desde hace décadas.

Fue allí, en el seno del Congreso de Gijón, donde se plasmó la idea originaria que albergamos los organizadores de fundar una entidad de carácter nacional en donde tuviéramos cabida todos aquellos Letrados individuales así como las incipientes Asociaciones de Abogados que poco a poco, sin prisa pero sin pausa, se estaban empezando a gestar en distintos Colegios, y que nos identificábamos como disconformes y militábamos activa y beligerantemente frente a la medieval opresión que como colectivo hasta ahora habíamos venido soportando en un silencio ignominioso. Ahora sabíamos que ya no éramos los locos de Gijón, ni de Córdoba, ni de Granada, ni de Madrid... Ahora sabíamos que éramos muchos más, y de muchos más sitios, y que nos queríamos organizar, nos queríamos unir y nos queríamos conjurar para subvertir una situación odiosa que amenaza con exterminar a miles de profesionales de toda España e incluso con poner en tela de juicio la pervivencia misma de la profesión tal y como siempre se ha entendido. La unión hace la fuerza, y la unión coordinada de cientos, miles de compañeros, sólo nos puede dotar de mucha más fuerza reivindicativa y, por ende, acercarnos a la victoria final que no es otra cosa que la REFUNDACION INTEGRAL DEL TURNO DE OFICIO por cuanto no estamos ante un problema puntual que se pueda solucionar o parchear con un par de medidas más o menos acertadas o voluntariosas, sino que el déficit es estructural y requiere cambiar radicalmente lo que hay por algo totalmente nuevo, fresco y sugerente que sea “otra manera” de entender el Turno de Oficio y la Asistencia Jurídica Gratuíta en España; de ahí que hablemos con más propiedad de “refundación integral” antes que de mera “reforma”.

Ese fue el germen que gestó lo que hoy llamamos Confederación. Del Congreso de Gijón salió una Comisión de varios compañeros de toda España, elegidos por los asistentes al mismo, encargados de elaborar unos Estatutos confederales bajo la base o borrador que aportó El Patio de mi Colegio, y que, tras muchos meses de denodados esfuerzos para ajustar la redacción y el espíritu de la norma en ciernes a la filosofía, sensibilidad, tendencia y necesidades de cada uno de los “constituyentes”, pensando en los componentes de aquel momento pero también en los que en el futuro inmediato se pudieran ir sumando a dicho proyecto, dió como fruto la aprobación definitiva de su texto un día tan señalado en la historia constitucional de España como un 19 de Marzo, conmemoración de “La Pepa”... Así pues, el 19 de Marzo del 2.010 veían la luz definitívamente los Estatutos de la denominada Confederación Española de Abogados del Turno de Oficio y Asistencia Jurídica Gratuita, los cuales ya han sido presentados a los efectos registrales oportunos ante las autoridades competentes.

Una vez hecho ésto, la Comisión Estatutaria se convirtió en Junta Constituyente, una Junta Directiva que llevará a la Confederación hasta su Primer Congreso o Asamblea nacional y regirá sus primeros pasos conforme a una Hoja de Ruta que igualmente ha sido elaborada y consensuada entre todos sus miembros.

Esa Hoja de Ruta contempla los pasos y fases que la CEAT ha de ir cumpliendo paulatínamente a lo largo de estos meses que medien entre la aprobación de los Estatutos y la composición de dicha Junta y la celebración de la I Asamblea, y se resume fundamentalmente en la progresiva puesta de largo e implantación a nivel nacional de la Confederación, promocionando el nacimiento y la existencia de la misma entre nuestros compañeros de toda España y coadyuvando a la subsiguiente inscripción de aquéllos bien a través de sus respectivas Asociaciones, bien directamente como Letrados individuales.

En estos momentos, además de la Asociación gijonesa “El Patio de mi Colegio”, son miembros de pleno derecho de la Confederación  las Asociaciones AForo de Abogados Independientes@ de Granada y “Abogados Inconformistas-Foro Iusta Causa” de Córdoba, a la par que se están gestando en la actualidad nuevas Asociaciones en otras demarcaciones territoriales que ya nos han confirmado su franco interés en entrar a formar parte de nuestro proyecto confederal. A ello debemos sumar el incesante goteo de compañeros de toda España que, a título individual, se empiezan a inscribir como miembros de la CEAT porque ven en ella el instrumento adecuado que de una vez por todas puede lograr la imprescindible unidad de mando, de criterio, de objetivos, medios, fines e intereses comunes a toda la Abogacía española en materia del Turno de Oficio.

Por todo ello, compañeros, reinvindicamos la SANA REBELDÍA para levantarnos contra lo que es gravemente injusto, insoportable e intolerable.

Reinvindicamos el derecho a ser POLÍTICAMENTE INCORRECTOS para defender nuestros propios intereses. "El papel de un intelectual no es decir Sí, sino No", como dijo el Profesor José Luís López Aranguren.

Reivindicamos el DERECHO A PROTESTAR al igual que hacen -con constatables éxitos- otros colectivos profesionales y laborales.

Reivindicamos el DERECHO A ADOPTAR ACUERDOS QUE PUEDAN LLEGAR A SUPONER INCLUSO LA PARALIZACION MOMENTÁNEA Y PUNTUAL DEL SERVICIO como medida de presión frente a la Administración en tanto en cuanto las condiciones ignominiosas y de semi-esclavitud en las que trabajamos en la actualidad no se solucionen satisfactoriamente conforme al Programa Máximo que la CEAT ha elaborado al efecto.

Reivindicamos el DERECHO A SER RADICALES en nuestros planteamientos frente a los que se conforman con asentir pasívamente a Decanos, Juntas de Gobierno, Consejos Autonómicos, Consejo General de la Abogacía Española, Consejerías de Justicia de las distintas Comunidades Autónomas o Ministerio del ramo.

"El idealista de ayer es el realista del mañana". Y como dice un viejo proverbio ruso, "las grandes obras las sueñan los genios locos. Las ejecutan los luchadores natos. Las disfrutan los felices cuerdos. Las critican los inútiles crónicos". Ese es el escenario en el que la nueva Abogacía española plantea su lucha.

Parafraseando al Reverendo Martin Luther King en su “Discurso de Washington” del 28 de Agosto de 1.963 ante el Capitolio de los Estados Unidos de Norteamérica, hemos creado la Confederación en cierto modo para cobrar un cheque:

“Cuando los arquitectos del Estado Social y Democrático de Derecho que es España escribieron las magnificientes palabras de la Constitución de 1.978, y garantizaban la Justicia Gratuíta para todo aquél que careciera de medios económicos para litigar, estaban firmando un pagaré del que todo Abogado y Procurador de Oficio iban a ser herederos. Hoy es obvio que el Estado ha defraudado ese pagaré en lo que se refiere a sus ciudadanos profesionales del Derecho, de los que se sirve, pero a los que no sirve; un cheque que ha sido devuelto por el Estado y marcado "sin fondos".

Pero nos negamos a creer que el Estado (en su doble condición de Estado central y Estado-CC.AA.) esté en bancarrota. Nos negamos a creer que no haya fondos suficientes para satisfacer nuestra legítima contraprestación. Nos negamos a creer que no pueda haber voluntad política para subsanar deficiencias crónicas y discriminaciones ofensivas a la hora de negarle al Abogado de Oficio prestaciones y servicios que se están proporcionando -también con la callada contribución de esos mismos Abogados en su cualidad de ciudadanos a través del pago de impuestos- incluso a los ciudadanos extranjeros en situación irregular en España: v.gr., la tarjeta sanitaria de la Seguridad Social. Es por ello que ahora nos congregamos en la CEAT para cobrar ese cheque, o al menos, para unificar nuestra protesta y arbitrar y ejercitar de consuno medidas fácticas y legales para cobrar ese cheque.

Sería desastroso para la nación pasar por alto la urgencia del momento y subestimar la determinación de los profesionales del Derecho. ESTE ASFIXIANTE VERANO EN CIERNES DEL LEGÍTIMO DESCONTENTO DE LOS ABOGADOS NO PASARÁ HASTA QUE HAYA UNA ESTIMULANTE PRIMAVERA DE JUSTICIA PARA NOSOTROS. El nacimiento de la Confederación no es un fin en sí mismo, sino un comienzo, un medio para alcanzar un fin.

No habrá descanso ni tranquilidad en la Justicia en España hasta que los Abogados no tengamos garantizados nuestros derechos y nuestras retribuciones conforme a los criterios de Justicia que planteamos en nuestro ideario. Los torbellinos de revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de la Justicia en España hasta que nazca el día brillante de la satisfacción de nuestras reivindicaciones.

No nos hundamos en el valle de la desesperación. Porque os digo hoy: tengo un sueño; I HAVE A DREAM.

Tengo un sueño: que un día esta amada profesión nuestra se pondrá en pie y realizará el verdadero significado de su credo: defender intereses propios tanto o más que los ajenos con la dignidad que la misma exige y que la misma nos ha sido conferida desde siempre a los Abogados.

Tengo un sueño hoy.

Esta es y ésta debe ser nuestra esperanza. Esta es la fe con la que nosotros debemos volver hoy a nuestras casas. Con esta fe seremos capaces de cortar de la montaña de la desesperación una piedra de esperanza. Con esta fe seremos capaces de transformar las chirriantes disonancias de nuestra profesión en una hermosa sinfonía de dignidad.

Y si España quiere ser una gran nación, ésto tiene que llegar a ser verdad porque el Estado no puede seguir ignorando a quien sostiene la versión más trascendente del entramado de la Justicia: defender a los menesterosos para que en verdad se pueda proclamar a los cuatro vientos que en nuestro país se reconoce y se respeta y se garantiza la igualdad de oportunidades para todos independientemente de su nivel económico.

Ahora eres tú, compañero lector, el que tienes la palabra. Nosotros hemos dado el primer paso. Ahora te toca a tí. Te esperamos.